sábado, 6 de diciembre de 2008

Kira

Tengo una gata. Se llama Kira. La recogí de mi trabajo. Buscaba caricias y comida. Iba a decir que buscaba cariño, pero sería humanizarla, y es gatuna. Por las noches se sube al escritorio de Ada y se pone a mirar las estrellas. Es muy gatuna. Cuando tiene hambre maulla. Cuando la acaricias, ronronea, levanta la cola...
Es sigilosa como un gato (es gatuna). Si se esconde no eres capaz de encontrarla. Va por la casa, como si lo suyo no fuera con nadie, como si lo tuyo, no fuera con ella. Es como vivir con una persona que te desprecia! jajaja.
Pero me gusta, por que no es una persona que me desprecia, nisiquiera una gata que me desprecia. Es que ella es así, gatuna. Y los gatos no desprecian a nadie. No saben lo que es eso. Eso lo sabemos los humanos, y no voy a humanizarla.
Me acepta y espera que yo la acepte. Me respeta, y espera que yo la respete. Con su naturaleza gatuna, como un animal que es. No le interesa en absoluto humanizarse. Está bien tal cual es. No hace nada por agradarme. Si la quiero, la quiero tal cual, y si no, pues no. A ella le da igual. Ni me agradece que le dé comida ni nada. Hace lo que le place, lo que su naturaleza le pide, y respeta lo que hay a su alrededor. No necesita más. Ni mi aprobación, ni mi cariño, ni nada.
Ella consigo misma y con sus estrellas por la noche.






A ver si aprendo de ella.

2 comentarios:

Félix Amador dijo...

¡Madre mía, qué horror de foto! Menos mal que es gata.

Diana dijo...

jajaja

No es ella, ein? Esta la pillé por ahí de internet. Iba a ponerla en la cabecera detrás de podía estar peor, pero pienso que la gata con peluca NO podría estar peor! jajaja